TRATADO DE AGRICULTURA NATURAL -La Tierra Filosofal-



Tengo el gran placer de presentaros este Tratado de Agricultura Natural, que acaba de publicarse -dos volúmenes-, en Cauac editorial Nativa, en su línea de Ahó editorial.  

Estos libros revelan las enseñanzas fundamentales de la Agricultura Natural, tanto en sus aspectos de comprensión, como en los de realización práctica, constituyendo una completa e insoslayable guía de aprendizaje y consulta.

La Tabla Natural Consciente, las prácticas de los grados, de la domesticación natural y, entre otras, del bosque Natural de alimentos (b.N.a), recorren las páginas del primer tomo.

En un segundo tomo, se tratan las especies más representativas de hortalizas, silvestres y aromáticas, abarcando, profusamente, el origen de cada planta, sus patrones antiguos de cultivo y calendarios con sus manejos actuales y las preponderancias conocidas para el alimento como nutrición y como medicina.

Adentrarse en este Tratado, puede suponer un salto sublimado al mismo origen de la humanidad y a su destino irrevocable. La Tierra Filosofal, tal como se expresa en la mencionada Tabla, como la morada que está por venir, se encuentra allí representada; y ésta es, a su vez, la misma expresión del conocimiento esencial de la Agricultura Natural de Vida Natural Consciente.

 

“La mejor enseñanza que puede darnos la Agricultura Natural, es a saber valorar con acierto lo que es nacido, a aprender a mirar las cosas en su natural circunstancia; sin nuestro obsesivo intento de dominar cada cosa que se pone por delante”



 

La Tierra filosofal -Tabla Natural Consciente-


Estimados compañeros, tengo el gran placer de presentar la Tabla Natural Consciente. El escrito se revela como la Tierra filosofal, en contraposición a la antigua piedra filosofal. Revisamos los conceptos esenciales y nos adentramos en una nueva alquimia.
La Tabla es uno de los capítulos del próximo libro que se encuentra, en estos momentos, en pleno trabajo de maquetación, TRATADO DE AGRICULTURA NATURAL. He deseado compartirla libremente.
Muchas gracias a Cauac Editorial Nativa, por su siempre maravilloso trabajo y colaboración y a Jorge Rabadán por su extraordinario trabajo de diseño y maquetación.
¡Adelante agricultores naturales, alquimistas del siglo XXI!  

Enlace: 

La Tabla Natural Consciente -La tierra filosofal-

La esperanza filosófica natural y sensible


El pensamiento humano debe evolucionar y templar su actividad científica objetiva para dar más fuerza a la filosófica sensible -natural-, para que las dos puedan configurar un ámbito de armonía. Así de sencillo es como se practica la filosofía de la indeterminabilidad.

Uno de los razonamientos para poner justificación los científicos objetivistas, para los tratamientos químicos sanitarios y de otras índoles, es que, gracias a ellos, la humanidad puede gozar de una esperanza de vida mayor, quiere decir esto, que salvan vidas. A priori, este es un razonamiento lógico correcto desde el pensamiento científico objetivo, sin embargo, desde el punto de vista del pensamiento filosófico, es un pensamiento lógico, pero incorrecto. Mostraré porqué y que cada cual piense en ello (intentaré hacerlo de la manera más sencilla posible).

Efectivamente, la esperanza de vida global ha aumentado, no se puede tener duda sobre un dato objetivo tan evidente. Pero vayamos a las incidencias estrechas, con sus consecuencias graves, que tiene pensar así. Me iré a la Naturaleza y expresaré lo que sucede allí en el mundo de las plantas. Muchas veces me preguntan qué puede hacer la Agricultura Natural para salvar vidas vegetales, la agricultura convencional usa sus químicos y otras prácticas destructivas, la agricultura ecológica usa sus preparados con compuestos más naturales. A ambos les funciona, sin embargo, la Agricultura Natural no usa ningún compuesto, y no siempre funciona; desde el punto de vista de los dos primeros, la AN es un fracaso. Esto es importante recalcarlo, desde el punto de vista absolutamente objetivo, es un fracaso.

¿Qué pasa si yo incido únicamente en mejorar el ecosistema global para que esa vida vegetal coja su propia fuerza y dejo que todo se arregle por sí mismo? Tras veinte años de observación y práctica directa con la Naturaleza, me he dado cuenta que todo vive en su natural circunstancia y el resultado final es un equilibrado y sano acontecer, con sus vidas y sus muertes. También he observado que, por ejemplo, los árboles frutales procedentes de vivero, que tienen muchísimos tratamientos químicos y otros artificalismos previos, enferman mucho y un buen porcentaje de ellos, digamos como un 15%, no lo superan y mueren. Si yo aplicara tratamientos, podrían enfermar y morir, probablemente como un 5% -siguiendo las recomendaciones de la ciencia objetiva- y aumentaría la esperanza de vida de esos individuos; sin embargo, si hiciera eso, a priori, no enferman ni mueren los árboles, pero sí el ecosistema general, lo que quiere decir que, a medio y largo plazo, como la naturaleza lo pone todo en su sitio, hagamos lo que hagamos, una plaga u otras circunstancias naturales, o no naturales, inesperadas, termina por acabar con casi todos los árboles, y al final nos queda un humano poniendo piezas “artificalistas” sin fin, para remendar un ecosistema absolutamente enfermo que malvive cualitativamente y que acaba siendo  un desierto sin prácticamente vida. No es difícil de entender esto, ¿no es verdad?

Lo expresado sucede igual en el mundo humano, sólo que no tenemos la visión global suficiente a corto plazo para verlo, porque los remedios artificialistas de la ciencia objetiva determinista, se expresan, aparentemente, eficaces ante circunstancias limitadas de pensamiento (Esto es, por ejemplo: el 15% de los infectados por covid-19 mueren, lo resolveremos escondiéndonos de él y con medicinas químicas, estamos en ello). Gracias "papá" ciencia, pero, desde el pensamiento filosófico sensible, lo que estamos viviendo hoy en el mundo, es el comienzo del proceso natural consecuente del desastre que hemos causado con nuestro pensamiento lógico objetivo, que es incorrecto aplicado de una manera totalitaria, pues no sólo nos quita nuestra libertad natural, sino también la libertad natural de nuestro propio entorno, únicas capaces de resolverlo eficientemente. El virus covid-19, es un factor más en ese proceso, no debemos, por supuesto dejar de ser prudentes, pero tampoco tomar posturas de miedo, obligaciones, o amenazas, etc., con la esperanza puesta en los químicos salvadores. Con la falta de ecosistemas naturales en el humano, con sus consecuentes malvivires, vienen plagas, naturales o no, inesperadas que producen efectos muy desgraciados y que ponen en jaque la supervivencia general del mismo humano. No hablamos de árboles, sino de personas, y eso parece que nos duele mucho más, con toda la lógica también. Aquí hace falta valentía y preparar un convencimiento fuerte sobre la confianza en la ley superior de la Naturaleza, que no está en nuestras manos y no puede ser manipulada por ningún humano, pero sí podemos ir hacia ella, con lo que, indirectamente, sí está en nuestras manos, aunque sin manipulación.

Después de lo dicho, tenemos dos opciones, o ir templando nuestro pensamiento científico objetivo, para ir dando fuerza a un pensamiento filosófico sensible y natural, para que así, nuestros ecosistemas se puedan regular por su natural circunstancia, poco a poco, desde la templanza y prudencia debida, -tomando posturas que vayan incidiendo en la libertad natural propia, sin que implique renuncias totales, en sus debidas transiciones-; o seguir creyendo fiel y absolutamente en ese tipo de pensamiento, nada esperanzador y acabar siendo un número con la amenaza de enfermedad y muerte en la frente.

Tenemos por delante un gran reto. Yo creo y siento profundamente en la fuerza de la naturaleza con el humano en ella, creo y siento en la vida, tal cual se construye por sí misma. Muchas personas de este planeta, creo también que piensan y sienten igual. Ya es hora de comenzar a crear un mundo más sensato, más natural y consciente, desde esta confianza, resolviendo estos retos con libertad, entonces, es muy seguro que la humanidad conseguirá vivir evolutivamente, en paz y armonía consigo misma y con el entorno que le rodea.

La Agricultura Natural (A.N.) como base del proceso de naturalización



Como ya sabemos, la Agricultura Natural es la base de una Vida Natural Consciente. Es la base, primero, porque no existe vida natural sin un alimento que pueda ser cultivado de forma natural; y segundo, porque no es posible concebir una Vida Natural, que sea también Consciente, sin la A.N., ya que ésta, no es solo respetuosa con el medio ambiente, sino que asegura la convivencia armónica humano-Naturaleza, a la vez que evoluciona en Consciencia.

Está claro que somos lo que somos debido al “descubrimiento” de la agricultura, con lo que, desde un punto de vista histórico, la agricultura, en general, es también la base de la vida consciente que tenemos concebida. Si añadimos natural y consciente a la agricultura, se lo estamos añadiendo, por tanto, a la misma vida.

Debido a que la agricultura es esta base, un conocimiento de este tipo, debería naturalizarse de tal manera, que conjugara con la misma experiencia práctica. Por ello, este libro está enfocado en la práctica, aunque comulgando, al mismo tiempo, con esa forma de conocimiento sensible que incluye también lo pensante; de ahí que podríamos hablar también, por ejemplo, de Agronomía Natural.

(...)

Tenemos también que romper algunos esquemas del pasado, preconcebidas desde milenios, que han provocado el proceso de artificialización y que nos aturrullan el propio entendimiento y práctica de la A.N. A lo largo de este trabajo, y con lo avanzado ya en los libros anteriores, vamos a ir desgranando y desmontando esas ideas que nos estorban.

La agricultura, desde sus inicios y en sus aspectos generales, ha significado un símbolo de desarrollo de las ciudades y, con ello, de crecimiento artificial. El gradiente de esta concebida “evolución”, ha estado siempre apoyada por el crecimiento de circunstancias que eran propiamente humanas, sin tener en cuenta lo que pasaba en la Naturaleza; y eso, ha significado una sobreexplotación de Ella para mantener la vida urbana, en una relación de sometimiento y esclavitud, que es exactamente lo que vivimos hoy. Y lo que es aún peor, tiende a crecer hasta límites tan delicados, que la humanidad comienza a vivir sometida a su propio designio artificialista, haciéndose esclava también a sí misma. Un hecho, también, altamente autodestructivo.

(...)

Evocamos ese consejo de Magón, escritor cartaginés, que puso al comienzo de su obra, hace más de dos mil doscientos años (entre el s. IV y el siglo II a.C.):
Si un hombre va a establecerse en el campo, debería comenzar por vender su casa en la ciudad


Extracto Libro de Agricultura Natural de próxima publicación.

La riqueza inconmensurable del ser sensible


Todos los seres sensibles de este planeta tenemos una riqueza inconmensurable. Disfrutamos de la gran capacidad de poder percibir, a través de nuestros sentidos, la gran belleza que nos ha sido dada por naturaleza. Y este hecho tan simple, nacido del gran misterio y producido sin que nosotros tengamos que hacer nada en particular, salvo abrirnos al más puro disfrute y al más puro de los conocimientos, es el gran tesoro de la existencia.

Cada elemento producido en la Naturaleza, desde el más simple soplo de aire, o la más insignificante gota de agua, o la más pequeña de las motas de polvo, hasta el más diminuto rastro del calor del fuego, son parte de toda la grandeza que contiene la vida. Esa vida grandiosa no se encuentra allá en los remotos espacios de ningún artificio creado por el humano, no puede ser hallada con ningún aparato inventado, no puede ser mirada a través de una pantalla, ni tocada con una mano virtual, ni siquiera podemos olerla mediante alguna fórmula química “mágica”, ni saborearla a través de las industrias alimentarias. Esa maravillosa simpleza, donde se encuentra todo el gran secreto del universo y más allá de él, sólo la podemos percibir gracias a lo que fue creado por sí mismo, es decir, gracias a nuestros sentidos.

Sentir regocijo por tan estimable don, es sentir regocijo por el mismo espacio que nos rodea de Naturaleza, porque estamos compuestos de la misma materia, porque somos el espejo mismo de lo que percibimos. Cuidar y mimar a la Naturaleza es lo mismo que cuidarnos y mimarnos a nosotros mismos. Despreciarla es despreciarnos a nosotros. Hasta que el ser humano no tome consciencia profunda sobre este hecho tan sencillo y simple, no podremos sanarnos, no podremos sentir como deberíamos sentir, es decir, con el más puro de los sentires. La enfermedad no es más que el rechazo a vivir, no es más que el rechazo a ver lo que somos verdaderamente, y esto es y se llama Naturaleza.

Todo ser viviente de este planeta tiene el derecho inalienable de respirar el aire puro, de poder beber las aguas limpias, de poder comer y sanarse con alimento natural, de poder cultivar y cosechar de forma natural la tierra, pues todo ello le ha sido dado. Del mismo modo, todo ser viviente de este planeta Tierra, tiene la obligación y la responsabilidad inalienable de salvaguardar, en el estado más armónico que sea posible, el medio natural en el que vive, pues ello ha de ser devuelto tal como nos fue dado.

Desde el sentido ético más elemental, no corresponder, en la misma medida, a lo que nos ofrece la Naturaleza, es robarle aquello que no nos pertenece, y eso, es algo que debe ser evitado. Del mismo modo, no permitir que los seres sensibles, en la misma medida, puedan disfrutar de lo que les ha sido dado, es robarles aquello que les pertenece, y eso, es algo que debe ser evitado.

La Agricultura Natural de Vida Natural Consciente, que declara los derechos y las obligaciones inalienables expresadas, expresa abiertamente también, ante la situación actual devenida, que, dentro de ese respeto comprometido y correspondido con la Naturaleza, ninguna enfermedad, que no sea la propiamente natural, atacaría a ningún ser sensible, ni habría pandemias, ni otros males de los que lamentarse.

Fdo. Un habitante natural más del mundo.

"Avances del próximo libro de Agricultura Natural en proceso de maquetación"

Sobre la libertad


“ (...) Libertad es la capacidad que tenemos los humanos de poder elegir. (...)”

“(...) Libertad es libertad verdadera si no impide que sea global para todos y todo lo que existe en este mundo. (...)”

“(…) la “pobreza” no puede ser definida como un nivel inferior de consumo artificial ya que, con la tendencia lógica de intentar evitarla, el aumento del consumo artificial terminaría por arruinarlo todo. Debemos cambiar el sentido del término pobreza y entenderla desde nuestro ámbito. Pobreza es falta de accesibilidad al consumo Natural y Consciente, consecuencia de un uso negativo de la capacidad de elegir que destruye nuestra verdadera libertad, esa que sí nos permite la capacidad de elegir positivamente y de estar liberados del sistema artificialista. La riqueza auténtica, o abundancia interior de una vida Natural Consciente, genera, a su vez y con el tiempo, abundancia exterior también, según el principio irrefutable del “desde adentro hacia afuera”, pero es esta una riqueza que no provoca destrucción, sino todo lo contrario. Por todo ello, debemos frenar el consumo artificialista al máximo que podamos, y no solo para nosotros, habitantes de occidente, sino también para el resto del mundo. Debemos considerarnos dentro de un sistema de valores universales que integre a todos los habitantes del mundo, independientemente de qué país sea, o de cuál sea su cultura, o de cómo vivan.

Los habitantes de occidente no podemos seguir pretendiendo un sistema social impecable mientras robamos al resto del mundo “pobre” esclavizado sus recursos naturales a través de nuestras industrias invasoras y explotadoras –cultivos extensivos, etc.–, instaladas en sus países para después venderles nuestro sistema falso de consumo. Lo que llamamos libertad en occidente esconde una máquina destructora de la libertad verdadera en este mundo. Es sencillamente de locos seguir planteándose algo así. No necesitamos ayudarles, lo único que podemos hacer es ayudarnos a nosotros mismos y dejarlos en paz, y que tengan la libertad y el derecho a cultivar sus propias semillas, a plantar sus árboles, a vivir de su propia agua y a re-naturalizar sus propias tierras… Es un tema muy importante.

Cuando hablamos de acceso a los servicios sociales, lo hacemos desde un punto de vista social global, el servicio social es un derecho de todo Ser humano, e igualmente implica un consumo también. Si dejamos a un Ser humano vivir en paz y armonía, con sus propios recursos del lugar, sin crearles ninguna necesidad que implique consumos excesivos, o tener grandes cosas mundanas y superfluas, estamos permitiéndole el derecho de ser Naturales, a mantener un consumo mínimo; y esa es la verdadera ayuda social que podemos darles a ellos y a nosotros también. Y todos y cada uno de los seres sensibles de esta tierra, deberíamos tener ese derecho. Las ayudas monetarias son necesarias, pero hacen falta solo mínimas partes de ella, las ayudas de salud son necesarias, pero también mínimas. Con la educación sucede igual. Viviendo una Vida Natural Consciente podemos vivir, a un nivel muy bajo, con la mayoría de las necesidades, incluido el dinero, la salud y la educación, por lo que el verdadero acceso a las ayudas sociales, es el derecho a ser Naturales y libres y a dejar libre a la Naturaleza también. Esta es la forma de de que el Humano pueda ser también Naturaleza, como tantas veces ya hemos repetido en este libro. (...)”

Vida Natural Consciente. Parte 2: La profunda comprensión. Páginas 221 a 223. Extractos